“Todos me odian”. “No tengo amigos”. “Invitaron a todos, excepto a mí”. “¡A nadie le caigo bien!”. Estas frases resultan duras de escuchar para cualquier padre. Tu primer impulso podría ser intentar arreglar la situación o decirle a tu hijo que lo que dice no es cierto.

“Como padres, lo que queremos decir es: ‘¡Eso no es cierto!’, pues nos resulta doloroso pensar que alguien odia a nuestro hijo, y también resulta doloroso que nuestro hijo crea que alguien lo odia. Por lo tanto, queremos solucionar el problema. Es un impulso muy poderoso”, afirma la (enlace en inglés). “Sin embargo, debemos contenernos, pues de lo contrario estaremos comunicando involuntariamente que esos sentimientos son malos, que nuestro hijo quizá no pueda manejarlos, y más importante aún, los priva de la oportunidad de desarrollar las habilidades para sobrellevar las situaciones”.

En lugar de apresurarnos a atenuar la situación cuando nuestro hijo se siente rechazado, los expertos concuerdan en que los padres deberían centrarse en enseñarles a los niños a ayudarse a sí mismos.

“Resulta muy difícil quedarse de brazos cruzados y limitarse a escuchar, pues queremos llamar por teléfono a la madre de la niña que ya no quiere hablar con nuestra hija y decirle: ‘¿Qué sucede con tu hija?’. Sin embargo, a decir verdad, no se aprenderá nada con este método”, indica Madeline Levine, autora de Teach Your Children Well. Cuando esto ocurre, de acuerdo a la autora, “se presenta una oportunidad para aprender sobre las complejidades de la amistad. ‘¿Por qué crees que ocurrió eso? ¿Tuviste algo que ver con ello? Ahora, ¿cuál es tu opinión sobre esta persona como amigo?’. Pues eso es lo que ocurrirá en la vida. Serás abandonado por alguna novia, serás abandonada por algún novio”. A continuación, te presentamos seis formas de transformar un momento doloroso en una oportunidad para crecer y aprender una habilidad valiosa para la vida.

  1. Primero, escucha

    Todos tenemos un mal día. Una pequeña herida puede alcanzar proporciones desmesuradas con facilidad y provocar que tu hijo llegue a casa y declare que todos lo odian. Lo primero que se debe hacer es escuchar, indica Levine. Te conviene entender si existe un patrón que indique que tu hijo está siendo excluido, o si se trata de un hecho aislado.

  2. Reconoce los sentimientos de tu hijo

    “Comenzar con 𳾱貹í es lo más importante. Debes decir algo como ‘cariño, sé que sientes que todos te odian, eso duele muchísimo’”, explica Reischer. Cuando tu hijo te expresa que se siente lastimado o triste, validar dicho sentimiento y dejarle experimentarlo representa una práctica importante para que tu hijo maneje dichos sentimientos a medida que crece, afirma Jane Nelsen, autora de (enlace en inglés). Confía en la habilidad de tu hijo para soportar las experiencias negativas de la vida, indica Nelsen, y él aprenderá a tener la misma confianza en sí mismo.

  3. Hazle preguntas

    Tras haber expresado 𳾱貹í, hazle preguntas a tu hijo tales como: ‘¿Por qué piensas eso?’. Esto le ayudará a analizar el problema. “Hazle muchas preguntas para guiarle a través del proceso de razonamiento, de manera que pueda determinar lo que ocurrió. Puede que se de cuenta: ‘Oh, en realidad no estaban huyendo de mí. Había otro juego y no me vieron’. Si llega a esta conclusión por sí mismo, resulta mucho más probable que la crea”, explica Reicher. “Además, le ayuda a entender cómo llevar a cabo dicho proceso por sí mismo”.

  4. Evalúa las habilidades sociales de tu hijo

    Si sospechas que tu hijo no es muy popular, realiza un diagnóstico, indica Heidi Allen Hendricks, bloguera de (enlace en inglés). “Puede que tu hijo sea tímido, desagradable o tenga problemas de higiene”, señala. Habla con el maestro de tu hijo y pregúntale sobre lo que ha observado respecto a las habilidades sociales de tu hijo y sus interacciones con los demás. Invita a otro niño a jugar. Inscribe a tu hijo en alguna actividad, de manera que tenga más oportunidades de hacer amigos. Otra de las sugerencias proactivas de Hendricks: “Yo le diría a mi hijo que busque a otra persona que esté sola y entable una amistad con ella”.

  5. Aprovecha la oportunidad para inculcar 𳾱貹í

    Cuando la hija de Nelsen reportó que se burlaban de ella por su cabello rizado, Nelsen vio una oportunidad para hablar sobre los sentimientos de los demás. Le preguntó a su hija: “¿Sabes de otros niños que estén siendo blanco de burlas?”.

    “Ella reflexionó al respecto y dijo: ‘Sí’. Le pregunté: ‘¿Por qué se burlan de los demás?’. Se burlaban de un niño por tener dientes grandes, se burlaban de otro por un motivo distinto y de otro por un motivo distinto”. Nelsen afirma que aquella conversación resultó útil para que su hija se diera cuenta de que no era la única que había experimentado burlas. “Posteriormente, pude preguntarle: ‘Ahora que sabes cómo se siente, ¿cómo crees que se siente para otras personas?’. Le ayudó a percatarse de lo que sienten otras personas”.

  6. Permite que tu hijo lleve la batuta para encontrar una solución

    En cuanto hayas identificado el problema, independientemente de que se trate de ser excluido de una actividad o de las palabras hirientes que alguien le dirigió en la mesa del comedor, pregúntale a tu hijo qué ideas tiene para hallar una solución, indica Christine Carter, experta en crianza y autora de Raising Happiness.

    Aunque tu hijo podría buscarte para que te encargues de desaparecer el problema, es una buena oportunidad para demostrarle que es capaz de encontrar las respuestas por sí mismo. Pregúntale a tu hijo: “¿Se te ocurre algo que puedas hacer para resolver el problema?, ¿se te ocurre algo para prevenir que ocurra en el futuro?”.

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