Cada mes de agosto, tanto los padres como los niños esperan con impaciencia el comienzo del nuevo año escolar. Pero, para los padres que tienen un hijo con discapacidad de aprendizaje (DA), trastorno por déficit de atención con hiperactividad o cualquier otra discapacidad, la anticipación generalmente genera sentimientos de ansiedad, preocupación y hasta temor.

Una de las mayores preocupaciones para los padres es saber si el maestro de este año reconoce o está informado sobre la discapacidad de su hijo (cómo aprende mejor el niño, qué dificultades tiene y qué necesita en el aula para tener éxito). ¿Por qué a veces parece que los padres saben más que el maestro sobre cómo las DA y el TDAH puede afectar al niño? Para que un niño con una discapacidad tenga éxito en el año escolar, en general, los padres deben ponerse en la situación de tener que educar al maestro de su hijo sobre estos temas.

Por qué con frecuencia los maestros de educación general no entienden las DA y el TDAH

Existen algunas razones comunes por las que los maestros de educación general tienen poco conocimiento sobre las discapacidades. Primero, los entrenamientos para maestros dedican muy poco tiempo de clase, o ninguno, para comprender las dificultades que enfrentan los estudiantes con discapacidades particulares y sobre cómo ayudarlos a aprender. Segundo, los maestros de educación general típicamente no toman cursos de posgrado, que se enfocan en maneras de enseñar a los niños con discapacidades de aprendizaje o TDAH. Por último, la mayoría de los distritos escolares no brindan entrenamientos internos a los maestros, para que aprendan sobre la enseñanza a niños con necesidades especiales.

En mi experiencia como consultora y psicóloga en las escuelas, muchos maestros de educación general hacen lo mejor que pueden para brindar el apoyo apropiado, en sus aulas, a los niños con discapacidades. Pero para ser eficaz en la enseñanza de estos estudiantes, los maestros de educación general necesitan más interacciones, dirección y apoyo por parte de sus colegas de educación especial que la que reciben en una escuela típica. Esta es una frustración enorme tanto para los maestros como para los padres.

Los padres también encuentran un par de actitudes predominantes en los maestros. Muchos maestros no ven a los padres como “expertos” en la discapacidad del niño, sobre cómo aprenden, sobre qué necesitan para aprender, sobre sus virtudes y debilidades, y lo que necesitan para progresar en las áreas académicas y sociales. Otra actitud típica de los maestros es creer que los niños con DA o con TDAH son “perezosos”, “no están motivados” y que “deben poner más esfuerzo”. Mi favorita es: “Su hijo puede hacer la tarea cuando quiera o cuando elija hacerlo.”

Las conductas en el aula que requieren la comprensión del maestro

Muchos maestros no se dan cuenta de que los niños con DA y TDAH tienen que trabajar más que sus compañeros para adquirir, retener y desempeñar habilidades académicas y sociales día tras día. Esto puede causar un enorme estrés en los niños que tienen pocos recursos para arreglárselas solos. Con mucha frecuencia, ese estrés se transforma en conductas que son malinterpretadas o desapercibidas por los maestros que no comprenden bien las DA o TDAH. Los niños pueden participar en conductas que evaden el trabajo, como levantarse de sus asientos constantemente por diferentes razones, pedir permiso para ir al baño con frecuencia, molestar a los compañeros de clase durante el trabajo independiente o levantarse a cada rato para sacarle punta a los lápices.

Los niños también pueden desarrollar síntomas relacionados con la ansiedad, incluyendo: no querer ir a la escuela, quejarse de dolores de cabeza o estómago, solicitar ver a la enfermera de la escuela rutinariamente, o llorar en la escuela. También se pueden desarrollarÌý malas conductas, que pueden incluir: discutir con la maestra, ser agresivo física o verbalmente con los compañeros, o no cumplir con los pedidos o las directivas del maestro.

En mi experiencia, las soluciones que los maestros ofrecen para ayudar con estas dificultades de conductas, generalmente se enfocan en el niño y no en ellos. Con frecuencia, un maestro puede disminuir o eliminar la conducta difícil del niño con un simple cambio en la manera de presentar la información, brindando asistencia o cambiando la manera en que el niño pueda demostrar su desempeño en tareas académicas.

En un ejemplo de mi experiencia personal, después de entregar un pedido escrito para un plan 504 para mi hija, que está diagnosticada con TDAH, tuve una conversación con el trabajador social de su escuela. Nuestra conversación se centró en que nuestra hija no quería ir a la escuela porque se sentía abrumada con todo el trabajo que tenía, las razones de su tardanza y las modificaciones que yo pensé que serían adecuadas. Nos pasamos 20 minutos hablando sobre los planes de conducta de mi hija (esto sucedió antes de que el trabajador social supiera que yo era una consultora en materia de aprendizaje y psicóloga escolar) y el trabajador terminó su conversación con el siguiente consejo: “Bien, señora Robuck, nosotros podemos poner en vigencia cualquier plan de conducta en la escuela para su hija (con relación a la tardanza) pero en definitiva es su responsabilidad traerla en horario a la escuela.”

Fue perfectamente claro que ese trabajador social tenía muy poco conocimiento y experiencia con niños con TDAH, ya que su solución fue tratar el síntoma que mi hija manifestaba (tardanza) en lugar de la causa escolar subyacente de tener que hacer mucha tarea escrita, que era lo que le causaba ansiedad. Por suerte, una vez que se implementó el programa 504 y su maestra le redujo la cantidad de trabajo, su ansiedad disminuyó significativamente y ya casi nunca llegó tarde a la escuela.

Cómo educar a los maestros para fomentar la colaboración

Educar a los maestros sobre varias discapacidades y su respectivo impacto en el aprendizaje del niño puede ser una tarea difícil para la mayoría de los padres, que requiere mucho tiempo, energía, perseverancia y paciencia. Entonces, ¿cómo pueden educar los padres a los maestros para promover una relación de trabajo colaborativa?

  • Mantenga un cuaderno con anotaciones, organizado con copias del historial sobre la educación especial de su hijo, datos de las evaluaciones y cualquier referencia importante relacionada, para que pueda encontrar dicha información rápidamente cuando esté conversando con los maestros u otros miembros del personal de la escuela.
    • Reúna artículos que describan claramente la discapacidad de su hijo. Usted puede darle a los maestros artículos que se refieran a ciertos temas cuando sea necesario. Déle a los maestros artículos de 1 a 2 páginas. Si los artículos son más largos, haga un resumen de los puntos más importantes que el maestro de su hijo debe conocer y adjúntelo al artículo. La mayoría de los maestros aprecian la información, al igual que su tiempo y esfuerzos.
    • Escriba una corta “biografía” de su hijo (1 a 2 páginas) que puede incluir: fortalezas y debilidades, estrategias que puedan ayudar a su hijo a aprender mejor y qué cosas evitar.Ìý Programe una reunión con los maestros de su hijo, antes de que comiencen las clases o en cuanto empiecen, para discutir esta información.
    • No es un secreto que los maestros tienen dificultades para comprender los PEI. La mayoría de los documentos PEI son confusos y engorrosos y a los maestros les cuesta encontrar la información que necesitan. Cree un “resumen del PEI” de 1 página que incluya: Los motivos de su hijo para recibir educación especial (por ejemplo “DA en las áreas de lectura y escritura”, o “otros problemas de salud” para TDAH, cómo la discapacidad de su hijo afecta sus necesidades educativas y de aprendizaje; el tipo, frecuencia y duración de los servicios que su hijo recibe; e información detallada sobre las modificaciones que su hijo necesita. No se olvide de los maestros de arte, música, educación física y de computación (ellos también necesitan esta información y le agradecerán si se las ofrece).
    • Averigüe si puede tener tiempo para interconsultas entre los maestros de educación especial y los maestros de educación general. Algunos documentos PEI identifican específicamente cuánto tiempo por semana un maestro de educación especial proveerá consultoría al maestro de su hijo. Pídale al maestro de educación especial de su hijo que lo mantenga informado sobre cualquier tema que traten.
    • Dependiendo de las necesidades de su hijo, quizás sea apropiado programar regularmente reuniones para colaborar con el maestro especial de su hijo, con el maestro de educación general o con el personal de servicios relacionados. Estas reuniones deben tener una agenda específica y no durar más de 30 minutos.
    • Si es posible, observe a su hijo en la escuela – en el aula de clases generales y en el aula de educación especial si su hijo recibe dicha educación con un maestro de educación especial. Considere las siguientes preguntas:
    • ¿Es el ambiente del aula propicio para que el estudiante aprenda? ¿Cómo está organizado el salón (muy estimulante, poco estimulante o apropiadamente estimulante)?
    • ¿Cómo responde su hijo a las instrucciones en cada salón? ¿Su hijo participa de las lecciones?
    • ¿Su hijo puede finalizar su trabajo solo o necesita ayuda? ¿Cuánta ayuda?
    • ¿Participa su hijo en las discusiones de la clase? Si no participa, ¿Por qué no?

    Quizás su hijo exhiba conductas importantes que el maestro no percibe. Tome notas sobre las conductas que ayudan a explicar cómo funciona su hijo en el ambiente escolar. Usted puede luego usar esta información durante las conferencias o reuniones colaborativas con el maestro, para tratar las dificultades de su hijo.

    Si usted no puede observar a su hijo en la escuela, solicite que un miembro del personal en quien confíeÌý le brinde información fidedigna, sobre su hijo. Quizás quiera contratar a un consultor en educación para que observe a su hijo y brinde sus opiniones sobre la conducta en el aula.

    • Encuentre un “aliado”. Muchas veces, hay alguien en la escuela que sabe y tiene experiencia sobre la DA o TDAH de su hijo y que puede ayudarlo a educar a los maestros de su hijo. Puede ser el maestro de educación especial de su hijo, el maestro del año anterior que sabe perfectamente cómo satisfacer las necesidades de su hijo. Quienquiera que sea, hable con ellos sobre las dificultades que experimenta su hijo y averigüe cómo ayudarlo. A veces cuando la información proviene de un colega es mejor recibida.
    • Evite culpar y mantenga sus emociones bajo control. Pruebe en cambio un enfoque de resolución de problemas. Por ejemplo, puede decir: “David me dijo que tiene dificultades para completar la tarea de escritura. ¿Cómo podemos ayudarlo para que tenga más éxito? ¿Qué información necesitamos para tratar este problema?” Esta manera ayuda a fomentar una relación colaborativa y puede motivar al maestro de su hijo a aprender más acerca de la discapacidad del niño y sobre cómo satisfacer las necesidades del niño en el aula. Cuando el maestro le cuente sobre el último articulo de investigación que leyó sobre la discapacidad de su hijo y vea que aprendió nuevas estrategias para probar en la clase, usted sabrá que su arduo trabajo ha resultado en beneficios para su hijo (y para otros niños).
    • Permita que el maestro “sea lo mejor que pueda”. Muchos maestros con los que he trabajado durante muchos años, se sienten poco capaces de satisfacer las necesidades de estudiantes con DA o TDAH en la clase, porque carecen de conocimiento y experiencia.Ìý Cuando usted apoya al maestro de su hijo dándole información de manera respetuosa y comunicándose regularmente, puede aumentar la confianza en él mismo y de esta manera, ayudar a su hijo a tener más éxito. Identifique qué métodos o enfoques no son efectivosÌý y compartan ideas sobre cómo hacer cambios para satisfacer mejor las necesidades de su hijo. No se olvide de identificar lo que sea efectivo en el trabajo que el maestro de su hijo esté haciendo.

    Apoye los derechos de su hijo con comunicación constante

    La comunicación constante y efectiva con los maestros de su hijo es imperativa para un año escolar exitoso. Es muy importante que usted documente por escrito los puntos importantes de las conversaciones que ha tenido con el maestro de su hijo o con otros miembros del personal, y que mantenga esas anotaciones en sus archivos. Muchos maestros se comunican con los padres por correo electrónico, pero a veces, quizás sea necesario hacer una reunión en persona para tratar ciertos temas complejos. Tomar la iniciativa y estar al corriente de lo que sucede es la clave. Es más fácil y lleva menos tiempo para usted y el maestro de su hijo si resuelven problemas juntos, cuando aún son pequeños, antes de que se conviertan en una crisis. Además, es muy fácil que haya malos entendidos. Discutir las expectativas lo antes posible (cuándo, dónde y cómo se comunicarán) con el maestro de su hijoÌý ayudará a evitar problemas futuros.

    No se olvide de que de acuerdo con las provisiones de la reautorización de 2004 de la ley IDEA (Ley de educación para individuos con discapacidades), el PEI de su hijo debe incluir:

    • Una declaración de la educación especial y servicios relacionados, y de las ayudas y servicios suplementarios, basados en investigaciones corroboradas por colegas,Ìý siempre que sea posible, que debe proveerse al niño, o en nombre del niño, y
    • Una declaración de las modificaciones del programa o apoyo para el personal de la escuela que se brindará para el niño (para avanzar adecuadamente hacia la obtención de las metas anuales, para participar y lograr el progreso en el programa general de educación, para participar de actividades extracurriculares y no académicas y para ser educado y participar en actividades con otros niños con y sin discapacidades.

    El apoyo puede incluir entrenamiento específico o una conferencia o taller para ayudar al maestro de educación general o especial de su hijo a que comprenda la discapacidad del niño, o para brindar a su hijo servicios apropiados o apoyo.

    Lo ideal sería que usted pueda usar estas ideas para desarrollar una relación colaborativa con el maestro de su hijo, y para educar al maestro sobre la discapacidad del niño. Seguramente algunos de los maestros de su hijo apreciarán y valorarán el tiempo y esfuerzo que usted pone en ayudarlos a comprender a su hijo y colaborarán con gusto con usted, para brindarle a su hijo apoyo efectivo. Pero quizás haya maestros que “no entiendan”, sin importar a cuantos talleres asistan o cuantos artículos lean. Independientemente de la actitud del maestro, es importante que siga tratando de construir puentes de entendimiento sobre la DA o TDAH entre su hijo y el maestro, ya que en algún momento puede ayudar a su hijo, o a otro niño en el futuro, a aprender con éxito.

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