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El trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDA/H) es una condición universal con una predisposición biológica y hereditaria fuerte que se presenta de manera similar por todo el planeta. Las investigaciones sugieren que los niños* latinos/hispanos con el trastorno presentan un perfil de impedimentos neurocognoscitivos, educacionales, sociales y clínicos similar al informado entre los niños anglo-americanos con el trastorno (Bauermeister et al., 2005a; Bauermeister et al., 2005b). A pesar de esta semejanza, el trasfondo cultural de un niño puede influir significativamente la expresión del TDA/H, el significado que se le da a estas conductas, el nivel de tolerancia hacia éstos y la disposición para buscar tratamiento (Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU., 2001).

Entender la influencia de la cultura es especialmente relevante para las personas latinas/hispanas con el TDA/H dado que existe evidencia de que éstos no son identificados y tratados apropiadamente (Bauermeister et al., 2003; Leslie et al., en imprenta). Este artículo enfoca en cómo el trasfondo, el lenguaje y la cultura de los grupos latinos/hispanos pueden tener implicaciones significativas para la evaluación y el tratamiento de los niños latinos/hispanos con el TDA/H que viven en los Estados Unidos.

A pesar de que los subgrupos latinos/hispanos comparten valores y creencias comunes, difieren en la historia, la raza, la posición socioeconómica y la aculturación (Zea, Quezada, Belgrave, 1994). Existe una diversidad considerable entre los grupos latinos/hispanos en los Estados Unidos y no es posible hablar sobre una cultura latina/hispana uniforme. De hecho, cualquier discusión acerca de los valores culturales no debe aplicarse indiscriminadamente a los miembros de la cultura latina/hispana ni a la cultura americana dominante.

Entender el contexto familiar de los niños latinos/hispanos tiene implicaciones importantes para el diagnóstico y el tratamiento efectivo y culturalmente sensible del TDA/H. Las familias latinas/hispanas estánfrecuentemente en transición, así que es virtualmente imposible describir cómo es una familia latina/hispana “típica” (Zea et al, 1994; Zuniga, 1992). Algunos niños latinos/hispanos pueden ser testigos de experiencias de vida traumáticas tales como agitación civil y violencia en sus países de origen y la separación de miembros de la familia debido a la migración. Entre los hispano-americanos (latinos) que viven en los Estados Unidos, las experiencias estresantes asociadas con la asimilación y la aculturación a un nuevo país, cultura, lenguaje y sistema escolar pueden contribuir a problemas temporeros de ajuste. Estas experiencias pueden impactar significativamente el desarrollo emocional de los niños latinos/hispanos y puede resultar en conductas que pueden confundirse con, o empeorar, los síntomas del TDA/H.

Lenguaje

Los latinos también difieren considerablemente en su nivel de competencia en el idioma inglés. Entender las barreras de lenguaje es esencial para evitar errores de diagnóstico y evaluación serios al usar las escalas de evaluación del TDA/H, los cuestionarios y otras pruebas en inglés. Los niños con destrezas de lenguaje deficientes en el inglés pueden presentar conductas tales como no seguir instrucciones a aparentar no escuchar cuando se les habla directamente, las cuales pueden confundirse con síntomas del TDA/H. Más aun, el hecho de que una persona latina/hispana haya adquirido las destrezas de conversación en el inglés no implica que él o ella tengan la competencia de lenguaje que se necesita para leer y escribir. Finalmente, los padres de niños latinos/hispanos con el TDA/H que no tienen la competencia ni la alfabetización en el inglés pueden tener dificultad para participar en actividades tales como reuniones con los maestros, ayudar con las tareas escolares, buscar servicios para su niño y participar en otras actividades educacionales y de orientación. Esta aparente falta de involucramiento de los padres puede percibirse erróneamente como una falta de responsabilidad hacia el niño con el TDA/H. Los maestros y los proveedores de servicios necesitan ser concientes de estos asuntos de lenguaje y sus implicaciones. Los intérpretes competentes y sensibles culturalmente pueden ser valiosos al facilitar una comunicación efectiva entre los padres latinos/hispanos, los maestros y los proveedores de servicios.

Cosas comunes

A pesar de las diferencias lingüísticas y de trasfondo descritas, varias normas culturales parecen ser comunes entre los latinos. Se destacan dos de esas normas culturales.

El familismo se refiere a la obligación percibida de proveer apoyo a los miembros de la familia extendida, depender de los parientes para ayuda y apoyo y el énfasis en la interdependencia (Marín y Marín, 1991).

El valor cultural del familismo tiene implicaciones importantes para el tratamiento exitoso de un niño con el TDA/H. Las familias latinas/hispanas pueden proveer mucho apoyo a un niño con el trastorno y protegerlo del desarrollo de problemas de conducta (Bauermeister et al., 2005). Además, es probable que luego del diagnóstico del TDA/H, se consultará a los miembros de la familia extendida y se le dará un peso considerable a sus opiniones. Es esencial que las actividades diseñadas para educar a los padres y a los cuidadores acerca del TDA/H incluyan a los miembros de la familia extendida. Esta inclusión puede facilitar el apoyo, el involucramiento y la aceptación y cumplimiento con el tratamiento, particularmente el tratamiento con medicamentos. Los proveedores de servicios deben crear o revisar y adaptar los programas de consejería y los programas de adiestramiento para padres y familiares a los valores culturales y las prácticas de crianza de las familias latinas/hispanas (Forehand y Kotchick, 1996).

El segundo valor cultural latino/hispano, “simpatía”, se refiere a la importancia que se le da a las conductas que promueven relaciones sociales llevaderas y placenteras y que evitan el conflicto interpersonal (Marín y Marín, 1991; Zea et al., 1994). Cuando este valor cultural predomina, los padres latinos/hispanos pueden aparentar estar de acuerdo con las recomendaciones de los clínicos y educadores sugeridas como parte del tratamiento para su niño con el TDA/H, pero pueden fallar en seguirlas e implantarlas en el hogar. Además, los padres latinos/hispanos muy pocas veces cuestionarán los consejos que ofrecen los maestros y los proveedores de servicios y por tanto pueden no maximizar los beneficios de la consejería o la participación completa en el proceso de tratamiento. Los maestros y los proveedores de servicios que enfatizan la cortesía, la calidez y el respeto en las interacciones con los padres latinos/hispanos tienden a ser más exitosos involucrando a los padres en el tratamiento, reduciendo la falta de adherencia y facilitando el seguimiento. Cuando los proveedores de servicios establecen un clima de respeto, apoyo y entendimiento, los padres y los niños latinos/hispanos serán más capaces de hablar acerca de sus preocupaciones y sus fuentes de desacuerdo (Zea et al., 1994).

En resumen, el entendimiento de las subculturas latinas/hispanas es esencial para proveer programas de servicio efectivos para este grupo. Hay mucho en juego en los esfuerzos por llegar a los latinos, dada la prevalencia y los riesgos múltiples asociados con el TDA/H a lo largo del tiempo. Los proveedores de servicios, los maestros y los administradores necesitan aumentar su nivel de sensibilidad cultural si quieren ser más eficaces en la evaluación y el tratamiento de los latinos con el TDA/H.

El riesgo del diagnóstico incorrecto puede reducirse usando métodos múltiples de evaluación y fuentes de información de diversos ambientes que tomen en consideración el nivel de competencia en el idioma inglés de la persona latina/hispana, el obtener un historial de desarrollo cuidadoso del niño y de la familia, y el establecer una alianza terapéutica culturalmente sensible entre los padres, los maestros y los proveedores de servicio. Además, los padres deben tener acceso a la literatura culturalmente sensible acerca del TDA/H (Bauermeister, 2002) y las discusiones acerca del TDA/H deben resaltar los patrones diversos de dificultades así como las cualidades, habilidades y destrezas particulares.

Sensibilidad Cultural

Los padres de un niño puertorriqueño amistoso y comunicativo que presenta el TDA/H y que vive en el área de Nueva Inglaterra estaban desconcertados ante la seria preocupación del maestro de que con frecuencia él tocaba a sus compañeros durante la conversación. Se informó que los otros estudiantes y los otros padres se sentían incómodos con esta conducta. El maestro desconocía que el establecer contacto interpersonal cercano y tocar son conductas sociales aprendidas culturalmente entre las personas con herencia hispana. Al mismo tiempo, los padres del niño desconocían que este conjunto de conductas sociales está fuera de la cultura americana dominante.

La sensibilidad cultural es central para entender las diferencias culturales en la conducta. Mientras que las personas angloamericanas no entendían los patrones de interacción social del niño, hallándolos inapropiados, el niño y sus padres no entendían las conductas estándar de la cultura americana dominante, y se sentían discriminados. Si no se atiende la necesidad de sensibilidad cultural de todas las personas involucradas, es poco probable que el niño y sus padres acepten o cumplan con un plan de tratamiento diseñado para modificar la conducta de tocar del niño mientras interactúa con los compañeros en la escuela.

La situación descrita en la viñeta puede resolverse usando una combinación de estrategias que enfaticen en el aumento del nivel de diversidad y sensibilidad cultural mientras que evitan la estigmatización y los estereotipos. Por ejemplo, el maestro podría hablar sobre diferentes culturas o asignar actividades que aumenten el entendimiento de los niños acerca de diferentes culturas. Los valores culturales pueden usarse como un ejemplo para resaltar los patrones diferentes de interacción social a través de los grupos.

Aparte de las discusiones en la sala de clases, debe llevarse a cabo un diálogo entre el consejero, el niño y sus padres. Durante este diálogo el consejero puede proveer destrezas que los padres pueden usar para enseñar a los niños en qué contextos y con quién es socialmente aceptada la conducta de tocar. Luego puede implantarse un programa de modificación cognoscitivo conductual para ayudar al niño a alcanzar esta meta. Para maximizar la eficacia de este acercamiento, los maestros y los consejeros deben recibir adiestramiento sobre la sensibilidad y la diversidad cultural.

*Con el propósito de simplificar la lectura, se utilizará el género masculino para referirse a personas de ambos géneros. No se tiene la intención de ofender ni de discriminar.

Los siguientes recursos pueden ser útiles para los padres de habla hispana:

Bauermeister, J. New York, N.Y.: Guilford Press, 2002. García Castaño, F. San Juan, Puerto Rico: Ediciones Hispalis, 2001. Parker, H. . Specialty Press, 1996. Peña, M. Así aprendo…Guía para educadores. San José, Costa Rica: Fundación DA, 2000. Rief, S. . West Nyack, N.Y.: The Center for Applied Research in Education, 2000. Scandar, R. . Buenos Aires, Argentina: Distal S.R.L., 2000.

Referencias

Bauermeister, J.J. Hiperactivo, impulsivo, distraído ¿Me conoces? Guía acera del déficit atencional para padres, maestros y profesionales. New York, N.Y.: Guilford, 2002.

Bauermeister, J.J., Canino, G., et al. “Stimulant and Psychosocial Treatment of AD/HD in Latino/Hispanic Children.” Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, Vol. 42.

Bauermeister, J.J., Matos, M., et al.. “Comparison of the DSM-IV Combined and Inattentive Types of ADHD in a School-Based Sample of Latino/Hispanic children.” Journal of Child Psychology and Psychiatry, Vol. 46.

Bauermeister, J.J., Shrout, P., et al. AD/HD Correlates, Comorbidity, and Impairment in Community and Treated Samples of Children and Adolescents. Manuscript submitted for publication.

Forehand, R.L. & Kothckhick, B.A. (1996). “Cultural Diversity: A Wake-Up Call for Parent Training.” Behavior Therapy, Vol. 27.

Leslie, L.K., Canino, G., et al. (in press). “AD/HD Treatment Patterns of Youth Services in Public Sectors in San Diego and Puerto Rico.” Journal of Emotional and Behavioral Disorders.

Marín, G. & Marín, B.V. Research with Hispanic Population. Newbury Park, Calif.: Sage, 1991.

U.S. Department of Health and Human Services. Mental Health: Culture, Race, and Ethnicity – A Supplement to Mental Health: A Report of the Surgeon General. Rockville, Md.: U.S. Department of Health and Human Services, Public Health Service, Office of the Surgeon General, 2001.

Zea, M.C., Quezada, T. et al. “Latino Cultural Values: Their Role in Adjustment to Disability.” In D.S Dunn (Ed.). Psychosocial Perspectives on Disability (Special issue). Journal of Social Behavior and Personality, Vol. 9.

Zuñiga, M.E. “Families with Latino roots.” In E.W. Lynch and M.J. Hanson (Eds.). Developing Crosscultural Competence. Baltimore, Md.: Brookes, 1992.