Cuando mi hijo era peque帽o, su mejor amiga le obsequi贸 una mu帽eca en su cumplea帽os. Anteriormente, hab铆a observado con admiraci贸n la mu帽eca en casa de su amiga, pero en cuanto la obtuvo, nunca jug贸 con ella. Hasta el d铆a en el que lo encontr茅 persiguiendo a su hermano menor, cargando la mu帽eca de aqu铆 para all谩, fingiendo que era una pistola.

驴Acaso los chicos s铆 tienen una manera t铆pica de ser? 驴Representa esto una prueba de que las diferencias de g茅nero est谩n programadas en el cerebro? No tan r谩pido. Como la mayor铆a de padres, tengo un sinn煤mero de historias que demuestran la influencia de la crianza en el comportamiento de mi hijo. Un d铆a, en la escuela de educaci贸n preescolar, se visti贸 con un tut煤 rojo, mientras jugaba a disfrazarse. Un chico mayor se burl贸: 鈥溌os chicos no usan vestido!鈥. Mi hijo nunca volvi贸 a usar ropa de chica.

Hoy en d铆a, los cient铆ficos recurren a la neurobiolog铆a para dar respuesta a las siguientes preguntas: 驴El cerebro de los chicos es distinto al de las chicas? 驴Existe alguna diferencia en la manera en que los chicos y las chicas aprenden? Y de ser as铆, 驴cu谩les son dichas diferencias y qu茅 tan importantes son?

Tales preguntas han sido debatidas a lo largo de las 煤ltimas d茅cadas. Sin embargo, muchos de los 鈥渉echos鈥 de creencia popular no han sido comprobados por la ciencia.

Cultura pop, sin pruebas cient铆ficas

En 1992, cuando John Gray public贸 el libro 鈥鈥, las personas estaban ansiosas por escuchar acerca de las diferencias entre hombres y mujeres. Gray afirm贸 que los hombres y mujeres son tan diferentes, que bien podr铆an ser de planetas distintos. El libro fue un rotundo 茅xito.

Durante la 煤ltima d茅cada, los libros relacionados con las diferencias entre el cerebro masculino y femenino han sido populares. Uno de dichos libros, 鈥鈥, escrito por la neuropsiquiatra Louann Brizendine, es un bestseller que ha sido publicado en 26 pa铆ses.

Brizendine hace hincapi茅 en las diferencias existentes entre el cerebro de ambos sexos, y afirma que el cerebro femenino posee 鈥渁gilidad verbal sobresaliente, la habilidad para establecer conexiones profundas de amistad, una capacidad casi ps铆quica de leer rostros y tonos de voz para discernir emociones y estados mentales y la habilidad para solucionar conflictos鈥.

En su segundo libro, Brizendine escribi贸 acerca del cerebro masculino, al cual denomin贸 una 鈥渕谩quina de resoluci贸n de problemas, austera y ruda鈥. Al igual que el primer libro, 鈥鈥 se enfoca en las diferencias cerebrales para explicar las diferencias en el comportamiento masculino y femenino.

El mencionado libro, y muchos otros, emplearon estudios cient铆ficos para realizar generalizaciones acerca de las diferencias existentes entre el cerebro masculino y femenino, tales como que las chicas son mejores para reconocer emociones, o que los chicos son m谩s agresivos. Estas afirmaciones han sido aceptadas como cultura general por muchos padres y educadores. El problema con dichas generalizaciones radica en que no han sido comprobadas por la evidencia cient铆fica.

No tan diferentes, despu茅s de todo

Brizendine, entre otros, usa la palabra 鈥渋nnato鈥 y 鈥減rogramado鈥 en su obra literaria. Por ejemplo, afirmaciones tales como 鈥渓as chicas son m谩s sensibles de forma innata鈥 o 鈥渓os chicos est谩n programados para ser competitivos鈥.

Sin embargo, la neur贸loga Lise Eliot, quien examin贸 a帽os de investigaci贸n acerca de las diferencias cerebrales para su libro publicado en el 2014, 鈥溾, hall贸 poca evidencia de cualidades innatas distintas entre el cerebro de chicas y chicos: 鈥淟o que descubr铆, tras una b煤squeda exhaustiva, fue una cantidad sorprendentemente peque帽a de evidencia s贸lida con respecto a diferencias de g茅nero entre el cerebro de los ni帽os鈥, escribi贸.

Seg煤n Eliot, en los cerebros adultos existen mayores diferencias entre hombres y mujeres, pero incluso en adultos, dichas diferencias son escasas. Eliot y muchos otros neur贸logos, concuerdan en que, en lugar de decir que los hombres son de marte y las mujeres de venus, ser铆a m谩s exacto decir que los hombres son de Dakota del Norte y las mujeres de Dakota del Sur.

No creas en la exageraci贸n

Si las diferencias entre el cerebro masculino y femenino son relativamente peque帽as, 驴por qu茅 las personas se empe帽an en creer lo contrario? Eliot afirma que resaltar las diferencias entre hombres y mujeres da pie a una historia m谩s emocionante.

Por ejemplo, Brizendine afirm贸 que las mujeres usan 20.000 palabras al d铆a, mientras los hombres solo emplean 7.000. Dicha afirmaci贸n atrajo mucha atenci贸n, pues respaldaba los estereotipos acerca de mujeres habladoras y hombres silenciosos. Sin embargo, tras la publicaci贸n del libro de Brizendine, dichas afirmaciones fueron refutadas. Resulta que tanto hombres como mujeres hablan, aproximadamente, la misma cantidad de palabras al d铆a. (Brizendine elimin贸 la mencionada afirmaci贸n en ediciones posteriores de su libro).

Los hallazgos m谩s recientes en neurolog铆a no respaldan la idea de diferencias innatas entre el cerebro masculino y femenino. El cerebro humano contin煤a desarroll谩ndose a lo largo de la vida. El cerebro con el que nacemos cambia d铆a a d铆a, dependiendo de aquello a lo que estamos expuestos.

Gina Rippon, profesora de neuroimagen cognitiva del Aston Brain Centre en Birmingham, Reino Unido, concuerda con ello en su libro publicado en el a帽o 2019: 鈥The Gendered Brain: The new neuroscience that shatters the myth of the female brain鈥. La autora afirma que las diferencias cerebrales innatas entre chicos y chicas son escasas. Estas diferencias aumentan a causa de influencias culturales a medida que el cerebro se desarrolla. 鈥淯n mundo dividido en g茅neros producir谩 un cerebro dividido en g茅neros鈥, expone.

C贸mo afectan las generalizaciones

Las generalizaciones acerca de las habilidades innatas del sexo masculino y femenino pueden convertirse en una realidad al reforzar los estereotipos y expectativas que afectan la manera en que los chicos y chicas son educados. Si un maestro de matem谩ticas tiene menos expectativas de las chicas en clase, es posible que no les exija tanto como a sus estudiantes masculinos. Si un padre no espera que su hijo sienta 别尘辫补迟铆补, es posible que el ni帽o no sea incentivado a poner en pr谩ctica la compasi贸n. Con el tiempo, el refuerzo de dichos estereotipos tiene un efecto poderoso y negativo. 鈥溍歴alo, o pi茅rdelo鈥, es un refr谩n popular cuando la conversaci贸n gira en torno al cerebro. En otras palabras, si ciertas 谩reas del cerebro no son empleadas, se atrofian, justo como un m煤sculo carente de uso.

Adem谩s, los estereotipos afectan el desempe帽o acad茅mico. , los investigadores les realizaron pruebas a dos grupos de estudiantes universitarios, cada grupo inclu铆a ambos sexos. Todos los estudiantes eran h谩biles en matem谩ticas. Antes de comenzar la prueba, se le mencion贸 a un grupo que, generalmente, el desempe帽o de las mujeres en la prueba no era tan bueno como el de los hombres. Las mujeres pertenecientes al grupo al que no se le mencion贸 aquello tuvieron un desempe帽o tan bueno como el de los hombres. Sin embargo, 驴qu茅 ocurri贸 con las mujeres pertenecientes al grupo al que se le inform贸 que las mujeres no se desempe帽aban tan bien? Obtuvieron puntuaciones significativamente inferiores en comparaci贸n a los hombres.

Es posible que los estereotipos de g茅nero resulten m谩s negativos para los chicos que para las chicas. 鈥淢ientras los padres de las chicas aumentan sus expectativas constantemente, los padres de los chicos hacen exactamente lo contrario鈥, afirma Eliot. 鈥淎nte cada rev茅s de los chicos, culpamos a su falta de madurez, a sus habilidades verbales inferiores, o al escaso control de s铆 mismos, y reducimos nuestras expectativas con respecto a su rendimiento鈥.

La lectura y las matem谩ticas son dos 谩reas donde abundan los estereotipos acerca de habilidades atribuidas al g茅nero. En general, las chicas maduran m谩s r谩pido que los chicos y, en comparaci贸n, presentan un desempe帽o consistentemente mejor en habilidades relacionadas a la lectura y escritura hasta llegar a la universidad, una realidad que, sin lugar a dudas, ayuda a explicar el nivel superior de rendimiento acad茅mico en general de las chicas. Sin embargo, los cient铆ficos no han encontrado evidencia de que dicha diferencia est茅 relacionada a la estructura del cerebro.

鈥淓l lenguaje y la alfabetizaci贸n son habilidades que se aprenden鈥, se帽ala Eliot en su libro 鈥Pink Brain, Blue Brain鈥. 鈥淟a educaci贸n, y no la biolog铆a, es tanto la causa como la respuesta a las diferencias entre g茅nero con respecto a las habilidades de lectura鈥.

Algunas personas creen que el cerebro de los chicos es 鈥渕ejor para las matem谩ticas鈥, pero muchos estudios han refutado dicha afirmaci贸n. (Desafortunadamente, las investigaciones s铆 demuestran que las chicas sienten m谩s ansiedad y menos confianza en s铆 mismas con respecto a las matem谩ticas, en comparaci贸n a los chicos).

驴Qu茅 puedes hacer?

Ayuda a tu hijo a superar los estereotipos de g茅nero en el aprendizaje y desarrollo. Incentiva a los chicos a leer, discutir y realizar tareas de cuidado al pr贸jimo, como servir de ni帽eros o ayudar a ni帽os m谩s peque帽os con su tarea. Incentiva a las chicas a competir en deportes y ajedrez, a participar en juegos de construcci贸n聽 y a resolver rompecabezas. Todo ello les ayudar谩 a entender que no est谩n limitados por los estereotipos acerca de las 谩reas donde los chicos y las chicas son 鈥渂uenos鈥.

A煤n existe mucho que no sabemos acerca del cerebro humano. Sin embargo, a medida que aprendemos m谩s, queda claro que cada chica y chico posee el potencial de desarrollar una cantidad ilimitada de talentos y pasiones.

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